Hoy, nuestra querida Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Almería debería de haber celebrado su tradicional Misa de Romeros en la Iglesia de San Pedro para, posteriormente, iniciar el Camino hacia la aldea almonteña.
En este día, recuperamos un fragmento del Pregón Rociero que D. José Rafael López Usero pronunció en el año 1992, relatando un bello diálogo entre la Imagen de la Virgen del Rocío que preside el Simpecado de Almería y Nuestra Señora de los Dolores.
Todo nuestro cariño y afecto hacía nuestros hermanos rocieros en este “Rocío de Luz”:
“El Simpecado siguió avanzando bajo las naves del templo, y hubo un momento mágico cuando fruto de mi imaginación, sueño, quimera o como queráis llamarlo, la otra Virgen, la de los Dolores, desde su camarín secular, decía adiós a la Virgen marismeña...
¡La Virgen de los Dolores
sola se queda llorando
viendo salir de San Pedro
a Rocío en su Simpecado!
Y a despedirse de Ella
sale presurosa al paso
diciendo de esta manera
en medio de su quebranto
¡Adiós Paloma almonteña,
adiós jazmín perfumado
si te vas de romería,
Rocío, lleva cuidado
no vaya a quemar el sol
tu cutis de rosa y nardo.
Si quieres, para cubrirlo,
toma mi pañuelo blanco
y si al cogerlo notaras
que se te mojan las manos
no temas Lirio almonteño
que se mojó con mi llanto
cuando volvía del sepulcro
la tarde del Viernes Santo.
Y la Paloma almonteña,
con semblante emocionado,
a la Madre Dolorosa
de este modo ha contestado:
Dolores trae tu pañuelo.
Me lo llevaré prestado.
Y entre las flores y alhajas
que componen mi tocado
lucirá como una joya
junto a los demás bordados
pues tus lágrimas serán
bellos diamantes tallados
que darán más esplendor
a mi verde Simpecado.
Escuchando estas palabras,
Dolores fue dibujando
una celestial sonisa
sobre su rostro apenado,
y la Pastora almonteña,
son el pañuelo en sus manos,
camino de la carreta
de emoción iba llorando.”
